¿Somos todas iguales?

¿Cuál es la verdad? La verdad es que trabajo con mujeres de carne y hueso . Algunas damos pecho, otras no lo damos. Algunas les gritamos a nuestros hijos y, la mayoría, les hemos pegado. 

Algunas mujeres han abortado. Otras hemos abortado espontáneamente. Otras hemos decidido continuar con el embarazo. 

Las mujeres con las que me encuentro a diario, dudamos de nuestro propio instinto, hay días en que nos creemos más. 

A la mayoría de las mujeres, no nos gusta mucho el sexo y a otras nos gusta algunos días más que otros. Hemos tenido amantes en la realidad y en la fantasía, somos frías y duras, así como cariñosas y generosas. 

Algunas somos adictas al trabajo, a internet, al alcohol, al tabaco, a comprar ropa. Otras, no comemos y creemos controlar todo … Si, algunas también somos perversas con nuestros propios cuerpos…

Con las mujeres que me codeo no sabemos de nuestras menstruaciones y de a poco nos vamos dando cuenta del poder que tiene nuestros cuerpo, De hecho, la mayoría hemos parido bajo un nivel de violencia obstétrica que ni nos habíamos dado cuenta. Algunas hemos deseado parir natural y lo logramos, la mayoría damos pecho con algún tipo de dificultad y hemos perdido la posibilidad de pedir ayuda para continuar el deseo que en la mayoría está de poder dar pecho y abrazos. Algunas gozamos algo de placer y otras no lo hacemos. 

Algunas mujeres no queremos trabajar y encontramos que cuidar a los niños, las hermanas y a las abuelas es genial. A otras nos gusta mucho trabajar y también necesitamos hacerlo, no nos queda otra alternativa. Muchas de las mujeres con las que camino, seguimos obedeciendo los discursos de los otros y respondemos más a los deseos de los demás que a los propios,. Incluso, a muchas nos ha pasado que sacrificamos a nuestros propios hijos por complacer a un abuelo, al propio padre o a nuestra propia madre. Ya muchas nos hemos dado cuenta que a veces el sistema educacional es bien perverso. Muchas de las mujeres con las que convivo a abandonamos a nuestros hijos, apegarnos no nos sale fácil. Y, de hecho, a muchas nos pasa que nos damos cuenta que nos cuesta mucho amar… bueno, demás está decir, que muchas somos hijas del desamparo, golpes y abusos, así como de la protección, los juegos y los abrazos… las mujeres con las que me topo a diario, somos así… llenas de sombras y llenas de luces… y nos vamos iluminando unas a otras, hay algunas que agreden más que otras, y claro, las amenazas y las culpas son pan de cada día, ese sería uno de los mandatos más potentes… perderás el cariño… si no haces tal o tal cosa. Eres mala, eres frívola, eres demasiado aprensiva, demasiado desapegada, demasiada teta, poca teta, muy miedosa, muy confiada, muy tonta, muy…. todas las mujeres que caminamos y con las cuales me he cruzado somos así, todas… algunas venimos de la pobreza económica y emocional y otras de la riqueza económica y pobreza emocional y otras de la pobreza económica pero con brazos amorosos. Así somos, así vamos… conociéndonos entre todas, jugando en círculos, nutriéndonos y peleándonos… es un viaje, solo un viaje entre muchos… y nos ha tocado toparnos. Somos todas iguales… 

Leslie Power

Psicóloga Clínica 

Mayo 2014 

Publicado por lesliepower

Psicóloga Clínica pacientes adultos. Motivada por dar a conocer las evidencias empíricas en lenguaje simple para cambiar la manera de relacionarnos desde el parto, la crianza... Es urgente una revolución si queremos vivir mejor.

Un comentario en “¿Somos todas iguales?

  1. “ya muchas nos hemos dado cuenta que a veces el sistema educacional es bien perverso… “, mi mujer no… ella responde al mandato de las docentes del jardín que pretenden que a nuestra hija la metamos por la fuerza cuando no quiere entrar y está super angustiada y ansiosa ¿cómo podríamos encarar eso? mi mujer está convencida de usar la violencia contra ella, y a mí me parte el alma totalmente.

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