En 1908 alrededor de 130 mujeres mueren calcinadas dentro de la fábrica textil donde trabajaban. Luchaban por sus derechos laborales, entre ellos sueldos y horarios dignos, además del derecho a amamantar a sus hijos. Trabajaban de sol a sol, vivían de manera indigna, no contaban con ayuda en salud, menos con cuidado para sus hijxs. Trabajaban muy duro al igual que los hombres, pero ganando menos y llevando a sus hijos, los cuales también eran explotados. El dueño de la fábrica cerró las puertas e incendió la fábrica. Abrazadas todas juntas, murieron calcinadas.
Luego, en 1975, la ONU declara que los 8 de marzo se conmemorará el Día Internacional de la Mujer Trabajadora y el lazo de color morado es el símbolo utilizado, debido al color de las telas que esas mujeres producían. El 8 de marzo es el día de todas. De todas las mujeres que han luchado y luchamos por el derecho a tener derechos y por las que tendrán que seguir luchando. El problema surge ahí. Cuando nosotras – las mujeres dentro y fuera de las casas, en la calle, oficinas, salas de clases de la escuela y universidad, en el metro, en las redes sociales – hablamos, exigimos, pedimos, y nos expresamos desde nuestras necesidades de mujer y desde ése ángulo reclamamos nuestros derechos. Algunos son iguales a los de los hombres , como el voto, pero también queremos tener cantidad igual o más de representantes mujeres en el Congreso, para ser elegidas y crear leyes que tengan relación con la ética del cuidado que tanta falta que le hace a nuestra sociedad carente de empatía. Lo anterior es sólo un ejemplo para decir que no basta con la posibilidad de votar, ni de ir a estudiar para luego ser acosada por el profesor o para ganar menos sueldo en el mismo puesto de trabajo que el colega hombre o que tengamos que pagar más en salud por ser fértiles y más todavía luego de tener hijos menores de dos años y jamás tener la posibilidad de no ser parte de un entramado del negocio de la salud. Podría seguir, pero seguir ya es para un libro de interminables faltas de derechos, desigualdades laborales y de abusos que hoy, en el 2017, las mujeres seguimos tolerando, muchas incluso sin tener consciencia de estar con el cuchillo en el medio del útero, caminan con él de manera inconsciente. Otras vamos despertando, la opresión ha sido salvaje. Y digo tolerando porque por más que escribamos, marchemos, gritemos, levantemos las manos, trabajemos como activistas, pareciera que seguimos siendo calcinadas, algunas literalmente, a otras les arrancan los ojos, las violan y le meten palos por el ano mientras les ensucian los oídos con palabras que jamás olvidarán. De ellas, las que resulten vivas, caminaran con el alma muerta, las que resulten embarazadas por esa violación no podrán abortar en Chile y el 33% de nuestra sociedad más encima las condenan y castigan socialmente, además de obligarlas parir o a abortar clandestinamente y quizás a morir. Si no aborta, parirá a un familiar con serios problemas genéticos, recordemos que por lo general el violador es un pariente de la familia como el padre, quien viola a una hija adolescente. Pero eso ¿a quién le importa? ¿alcanza el nivel de análisis? ¿Nuestra sociedad es capaz de ponerse en los zapatos del otro? ¿Tu eres capaz de pensar sentir por el otro? ¿Qué tipo de educación en las familias y en los colegios impartimos? ¿Exito personal? ¿Una sociedad colaborativa?
Pareciera que el dolor de la mujer, sus múltiples trabajos de cuidar a otros y el que también hace para proveer, el de ser gestadora de vida, etc y sus derechos dan lo mismo. Más importa la fe de algunos para impedir lograr una ley que es el mínimo ético para las mujeres de cualquier edad. Para seguir con el ejemplo de la violación, la que no resultó embarazada, tendrá que esperar al menos 6 meses de ventana para saber si no están infectadas por VIH u otra enfermedad venérea. Recuerden que los abusadores y violadores no usan condones. Y por favor, no me hablen de la “pastilla del día después” ¿saben cuantos años se demoran las víctimas de abuso en develar a su abusador pariente? No hay años… esos son los “secretos de familia”… “ese hijo ….”, “esas miradas extrañas…” El abuso, la violación, muchas veces sólo lo ve la abusada o la violada. Si tu fuiste o eres víctima, habla AHORA.
Las mujeres, las que gestamos vida, parimos, amamantamos, criamos, trabajamos y a las que todos santifican, perpetuando el machismo del patriarcado. Un ejemplo claro es el día de la madre, haciéndonos saber que debemos mantener el estado de sacrificio puro y duro de la maternidad y jamás salir de la fila de las blancas ovejas. Gracias a los mandatos capitalistas judeo cristianos, de los que las religiones, la publicidad y los patriarcas tan bien se han hecho cargo, generando imperios económicos gracias a que, nosotras, por un lado trabajamos en la casa y, en otros caso, además fuera de ella, para que todo el sistema se perpetúe, y por otro, porque nos hemos comprado a pie juntillas y es mejor decir, con las piernas bien juntas, como unas “señoritas” porque hay que ser y actuar de determinada manera, como nos han dicho y como nos dicen y nosotras aceptamos dichas reglas, como las desigualdades laborales, los abusos, acosos, publicidad misógena que no tiene la más mínima idea del funcionamiento de nuestro cuerpo, negocios de la salud como el de los partos, llegando a cifras alarmantes de 70% de cesáreas en algunos sectores de nuestra capital. Episiotomías que además de cortar el piso pélvico con excusas falsas, te cortan el placer sexual. Me estoy alargando y me queda por decir… puedes completar tu…
Pero si, hombres y mujeres nos tragamos todo, sin cuestionar nada. Pero algunas de nosotras nos asustamos de preguntar, nos asusta cuestionar y más seguir nuestra intuición. La mayoría después de un evento traumático dice: “¡lo sabía!” ¿Y? ¿Por qué no hiciste nada? Porque nos han enseñado a no confiar en nuestro cuerpo de mujer. Ser mujer es malo. Maldita Eva y el pecado original que sólo un cura puede sacar con el bautizo a los hijos que nosotras las herederas del pecado, parimos.
La mayor dificultad es que tenemos miedo, mucho miedo aún. Y a lo que más le tememos es a nuestro propio cuerpo de mujer, al poder que tiene, a sus ritmos, deseos, movimientos, intuiciones unidas a las emociones de nuestro cerebro. Las mujeres nos tenemos miedo a nosotras mismas. Porque eso nos han dicho hace muuuchos años. REs como cuando alguien es muy poderoso, hay que reprimirlo. Eso hicieron y hacen. Y nosotras sin darnos mucho cuenta hacemos caso de manera sumisa al mandato patriarcal, ese que dice: “calladita te ves más bonita”, “loca histérica, acá ¡no!”, “¿embarazada…..? ¿pero cómo si acabas de entrar a trabajar?”, “¿abortar…. estás loca mala madre, debiste cerrar las piernas antes? Como si por abrir las piernas significara estar preparada para procesos de admisión a los 4 colegios más las cuotas de incorporación a la que por probabilidad, quizás debas hacerlo solita, because, el partner de la noche dijo, “noooooooo yo no quería na tener guaguita….” (Ese si que aborta #abortmission) Ya saben que si los hombres se embarazaran, hoy no hablaríamos de aborto ni de métodos anticonceptivos. Ellos serían los que se “cuidarían”. Sin embargo, somos nosotras las que nos hemos llenado el cuerpo de hormonas con serios efectos secundarios y nos hemos corcheteado el útero, o esterilizado como las perras. Recién he escuchado: “él es super amoroso y moderno se hizo la vasectomía.” Disculpen la expresión que viene, pero ¡¿me están hueveando?! ¡Recién se la están haciendo! Nosotras llevamos años ligándonos las trompas. Mujeres levanten las orejas de lobas…
Las mujeres nacemos para menstruar y es normal /natural y viene la publicidad junto con la farmacéutica unida al doctor pseudo ético y te dice: “¿menstruar? ¿para qué mi hijita? Porque además te mihijitean y una ahí dice “aaaawwww que tierno este doc es como un papá”. Y no pues, si nosotras ya somos mujeres grandes y no necesitamos papá ¡Ya tuvimos! Ahora necesitamos médicos éticos que nos digan la verdad, porque nosotras pagamos un servicio y la verdad es que menstruar es sano y si te duele mucho hay ejercicios y si es mucho mucho bueno serás la de ese porcentaje MINIMO… pero por favor, no se pierde fierro ni hierro, ni naaaada y NO NECESITAS DEJAR DE SER MUJER, si no que más bien necesitamos de un médico o de una madre o mujer que nos enseñe a aceptarnos como MUJER y dejar de aceptar que la publicidad muestre que la sangre es azul, porque luego mi hijo o los demás hombres crecen y lo encuentran asqueroso, cuando en rigor es justamente ese olor (nadie dice que no te bañes, por favor) que atrae al macho hombre mamífero. Y la menstruación NO es asquerosa, de ahí te agarraste nueve meses, desconocer eso es desconocer a tu madre, mujer e hija. Atina.
Si usted, además, es un hombre “fi fi” busque a una COSA, porque las mujeres somos de verdad mujeres, no somos cosas y la cosificación de nuestros cuerpos es violencia, somos personas de derechos, con curvas y no flacas como las de la tele y revistas donde parecen enfermas como las que promocionan las agencias de la elité de la sociedad. La ecuación sería: a más delgada, más fina y elegante, menos deseo de comer y a menos deseo, menos pasión y así eres pulcra/buena, mantienes el control. Y nada que verssssss eres enferma de loca de patio y es la sociedad la que te vendió la pomada y tu te la tragaste pero te quedaste flaquita hasta incluso perder tus menstruaciones (amenorrea) es decir, te volviste, a-norexia (sin-deseo) vuelves a ser una niña y recuerda que las niñas no tiene sexualidad, no tienes poder sobre nadie, menos sobre tu cuerpo. Y ¿sabes por qué no tienes sexualidad, ni deseo y por tanto placer? Porque un cuerpo enfermo NO SIENTE, porque para menstruar hay que ovular y cuando una ovula se moja y en palabras sencillas una anda con más ganas de tener sexo. Pero si sólo comes nada, entonces sólo tienes poder sobre tres lechugas y luego de las tantas galletas, los envases que escondes bajo la cama y de tus vómitos. La flaca que sigue los mandatos machistas y misóginos del patriarcado transformándose en un maniquí. Porque no es modelo de nada, es una raquítica sin deseos, igual que la que quiere ser la que no es, la que pierde su espontaneidad, risa gigante, lágrimas, creatividad, furia, indignación, erotismo. Deja de ser ella y se transforma en una cosa sin vida sin alma, en plástico y se pierde siendo presa fácil de depredadores de todo tipo. El patriarcado, machismo, las desigualdades, nos tienen rígidas desde el útero hasta el cerebro y lo toleramos y para peor lo compramos y aceptamos. Nos hemos silenciado por temor porque cada vez que levantamos la voz por nuestros derechos, después de eso, sentimos miedo. Quizás nos puedan retar, pegar, ¿como el papá?, ¿la mamá? , ¿la popular? ¿la iglesia? ¿el profesor? ¿el abuelo? ….
En resumen, nos han robado nuestra capacidad erótica porque se nos viola constantemente al no permitirnos ser lo que somos: mujeres menstruantes, ovulantes, en la plenipausia, gestantes, cíclicas, creativas, en constante movimiento y siempre trabajadoras, sólo que muchas sin pago, otras con menos pago y así, bajo leyes laborales hechas por hombres y para hombres donde no se toman en cuentas nuestras características propias, porque ya sabrán que no somos iguales, y al no ser iguales, requerimos de leyes distintas en algunos casos, como #postnatal, pago en sistemas de salud, salas cunas en los trabajos para amamantar y no sacarse leche en los baños ¿¡hasta cuando toleramos lo indigno!? O vamos a seguir cortándonos las leches y los vínculos de apego porque la publicidad, algunos médicos poco éticos no saben de lactancias y dicen “resolver” el problema de lactancia con una tarro de fórmula? O porque es asqueroso eso de dar “leshe” o para otras es muy terrible esa idea que anda vagando de que el “marido se te puede ir si das pecho a tu hijo”… La verdad, que cuando escucho estas ideas, no sé si darme con la cabeza contra la pared o qué. ¿Cómo puede ser que le demos privilegio a quien ya mamó y a quien conocimos en la calle o en una fiesta y no a quien no ha mamado porque es nuestro recién nacido que nosotras mismas parimos? ¿Tan dadas vueltas nos tiene el patriarcado? Pues créanme que los hombre hombres no se van porque alimentemos a nuestros hijos ni porque los pechos se caigan, que por lo demás no se caen por la lactancia, sino más bien por la ley de gravedad y el paso de los años, así como a ellos se les caen la bolsa de los testículo, la guata y la papada. ¡Por favor! La sexualidad no pasa por encuentros sexuales al estilo porno, pasa por encuentros sexuales amorosos y para eso importa más que el cuerpo físico, la empatía, el compañerismo, la honestidad, el cariño, lamento desilusionarlos con tanta ternura.
Mujeres: más autoestima y mayor seguridad, miren que somos nosotras las dueñas de casa y trabajadoras ¿o no? ¿No queríamos ser grandes? y si bien el machismo del patriarcado es del ámbito de lo masculino, tengo la impresión que nos jode a todxs y lo replicamos todxs. Así que si usted es mujer, sea bien mujer para sus cosas y lo mismo si usted es hombre sea bien hombre y dejémonos de leseras de que las tetas, la guata, el super auto, los colegios de acá, el apellido de … concentrémonos en lo importante: niños y niñas crecen bajo nuestras conductas y palabras. A más crianzas violentas más se normaliza las relaciones tóxicas y entonces de adolescentes y adultas nos resulta natural el ninguneo, los empujones, las humillaciones, los golpes y ahí quedamos en un círculo de violencia. Incluso en ámbitos laborales y de estudios.
El miedo a ser mujeres nos tiene el útero y el corazón acorazados. Preferimos un negocio a la lealtad, callamos antes de decir justamente para no tener conflicto, no decimos para no perder, no amparamos a nuestros hijos para no perder al hombre, no paramos a los depredadores por miedo, pero nos depredan igual. Aguantamos que nos mientan en la farmacia, médicos, profesores, colegios, porque hemos crecido con una mordaza en la boca desde niñas. Han sido miles de años donde hemos tenido que callar, muchas hemos sido abusadas, golpeadas, gritadas y tuvimos miedo y algunas siguen. Pero para detener y derribar las estructuras patriarcales hay que levantar la voz con fuerza, pasión y sin miedo, aunque maten a las activistas como a las calcinadas, a Berta Cáceres, y a tantas otras que luchan cada día por salvar los ecosistemas, los niños, las niñas y a las mujeres … la vida misma … la vida misma.
El miedo está presente porque, además, son miles de años de patriarcado instalado en el inconsciente de las personas, en especial en los hombres. Y, aunque se vea muy buena persona, en el momento de la frustración, rabia, celos, no va a agredir al jefe, agrede a la mujer quien ha venido ocupando junto con los niños el ultimo peldaño de la estructura sociedad patriarcal. Los privilegios han sido parte del territorio masculino. Para que existan mejores relaciones es urgente visibilizar ese machismo violento encriptado en lo más profundo de la sociedad que aparece de manera explosiva cada vez que una mujer reclama sus derechos.
Hay camino recorrido, pero falta. No calles, tu voz, energía, cuerpo, almacorazonmente son fundamentales para todo lo que viene. No queremos que nos subestimen más, pero para eso es fundamental que todas confiemos en nosotras en todo lo fuertes y sanas que somos. Nunca antes en la historia se han visto tantas mujeres juntas luchando juntas. Esto es serio.
Leslie Power
Psicóloga Clínica
8 de Marzo
Cuadro en proceso de la artista Alonsa Guevara.