#CírculosdeMujeres

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Cuando promociono mis Círculos de Mujeres, tengo la impresión de que las mujeres y los hombres deben sentir algo especial en sus cuerpos, se deben preguntar con cara media de ¡qué atroz! “¿qué se tratarán esos Círculos?” Incluso se me ocurre que hasta susto les debe dar la palabra Círculo. Bueno, de hecho algunas mujeres han dicho a modo de gracia medio en serio: “mi marido me preguntó si venía a la secta de la crianza respetuosa” MUAAAAJAJAJAJAJ (risa de bruja… ¡qué risa! A mi secta me parece el patriarcado en el que vivimos, lugar donde se aplican justamente los mecanismos de control de masas más potentes que controlan a millones, siendo unos pocos los que saborean los lujos gracias al trabajo forzado de hombres y principalmente de mujeres, niños y niñas en el mundo.

Algunas imaginarán que sólo vienen mujeres hippies o de algún nivel socio cultural determinado. Mucho de fantasía y poca realidad. Vienen mujeres de todos los sectores, algo así como 3:3:3 y muchas menos hippies y muchas más bien normalitas. Ser mujer es TRANSVERSAL A LA SOCIEDAD Y LOS CÍRCULOS DE MUJERES tienen esa gracia, son tremendamente inclusivos y toda aquella que desee venir, viene.

No me vengan con el tema de que cobro por mi trabajo, porque claro que cobro y toda aquella que haya venido a un Círculo de los míos, de 4 horas de trabajo intenso y de entrega absoluta hacia cada mujer, dirá que es barato. De eso estoy segura. Hago otros trabajos gratis para la comunidad, pero este no puedo, es mucho el esfuerzo.

Les voy a contar más o menos en qué consisten. Para empezar, los Círculos de Mujeres no son un invento mío ni de ninguna mujer de la actualidad. Verán que en alguno de sus libros, la Laura Gutman dice que ella inventó los Grupos de Crianza, pffffff, graciosa. Hace miles de años que existen. Los Círculos de Mujeres están desde que la humanidad existe, sólo que algunas los hemos ido rescatando y sacando a flote luego de años de represión patriarcal y vehemencia en ocultarlos. Es impresionante la imagen que configuré en mi mente cuando leí un libro cuando un hombre “dueño” de varias mujeres, entra al lugar sagrado de ellas y descubre las imágenes de las Diosas a las que veneraban Inhana, Demeter y otras, y con furia al enterarse las rompe a todas, exclamando ¡Hay sólo un Dios al que hay que respetar! Las mujeres lloran, impotencia, pena, rabia, pero ellas tiernas y lindas le explican al hombre furioso por su rebeldía, “nuestras Diosas jamás han querido hacer daño a nuestro Dios, sino todo lo contrario, tu Dios, sí a las nuestras”, además agregan: “los hombres no son bienvenidos a este espacio, este es un lugar sagrado de mujeres.” En estos lugares se hacían Círculos.

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Existen distintos tipos de Círculos de Mujeres y cada uno puede tener una temática distinta, unos para juntarse para cantar y agradecer a los cuatro elementos de la pachamama, otros en torno a la temática de la menstruación, la crianza de los hijos, la maternidad, sexualidad … y también existen los que contienen todos estos elementos juntos… En rigor, a los Círculos asisten mujeres que se sientan en Círculo con el objetivo de estar en una misma posición de igualdad y equidistante a un centro, desafiando la jerarquía patriarcal, donde se discuten temas que nos interesan, nos transmitimos información femenina, de ésa que muchas veces hasta el cuerpo médico desconoce, nos empoderamos discutiendo investigaciones y sabiduría ancestral, nos escuchamos atentísimas y descubrimos que somos todas iguales, porque a las mujeres en la sociedad en que vivimos nos pasa a casi todas lo mismo.

¿Y qué tipo de cosas nos pasan a las mujeres?

Nos pasa que crecemos en una sociedad donde se nos educa para ser iguales a los hombres y una vez que crecemos, menstruamos, somos madres, trabajadoras, amantes y dueñas de casa, nos damos cuenta, de que no, no somos iguales a los hombres, es más no queremos ser iguales y que además sentimos que muchas veces hacemos más y ganamos menos, menos dinero, menos tiempo, menos privilegios y derechos.

Nos pasa que sabemos muy poco sobre nuestros cuerpos y su funcionamiento. Que de niñas se nos prohibió tocarnos y expresar nuestros deseos, porque de hacerlo éramos ambiciosas y putas, calientes y en el peor de casos ahombradas. Se nos ha ocultado muchísima información entorno a nuestra sexualidad. De hecho, la mayoría de las partes de nuestra genitalidad es descrita con nombre de los científicos hombres, sin embargo, hay partes mal nombradas, por decir una, el punto G desconociendo, que todas las mujeres tenemos próstata y no punto G y que muchas eyaculamos en el acto sexual gracias a la estimulación de la próstata, situación absolutamente normal y esperable. Pero como no se habla de sexualidad femenina, y como bien sabemos “el lenguaje construye realidad” si no hablamos de nosotras, nosotras no existimos, por tanto, muchas veces, así, simplecitamente, no existimos… y nos vamos sintiendo invisibilizadas, poca cosa, la nada misma, mejor no hablar, callar, no luchar, seguir siendo unas niñas sumisas y obedientes.

En cambio en los Círculos aparecen informaciones que nos llenan de sabiduría, poder y por tanto nos miramos de una nueva manera y es desde ese nuevo lugar, desde donde comenzamos a caminar con otra confianza en nuestras necesidades, deseos y derechos. Es desde lo Círculos de Mujeres que comenzamos a hablar de nosotras; a EXISTIR.

A la mayoría de las mujeres nos pasa que nos sentimos muy solas en la crianza y no es que solamente sintamos que no contamos con la “colaboración” del padre de nuestros hijos, sino que son los padres los que debieran tener claridad en que la crianza no es colaborativa hacia la madre, sino que es hacia el hijo que se gestó ENTRE AMBOS. Las mujeres muchas veces sentimos que pedimos favores y eso no está bien. Además, mamás y papás, si es que este último está presente, criamos dentro de una soledad escalofriante, todo el resto de la sociedad se encuentra trabajando y mientras vivimos el postnatal, nos sentimos destinadas a reclusión domiciliaria por 5.5 meses, con las vecinas, hermanas, primas, todas en jornadas extenuantes de trabajo. Demás está decir que para muchos “tus hijos son tuyos y los míos son míos” hasta que les explico que cuando esos niños de adultos pueden ser geriatra, ahí les cambia la cara. ¡Qué ego-ismo!

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Y la verdad es que los hijos son de la sociedad completa, como tan bien logrado y explicado está en la película The Red Tent; las hijas y los hijos que nacen ahí, son criados por todas las mujeres de la tribu, por tanto todo lo que les ocurre es responsabilidad de todas y de todos … aunque ya se vislumbra en esa época el comienzo del patriarcado que se observa en la diferencia que hace el padre (el hombre) entre sus hijos, la diferencia de cariño, la clasificación y la jerarquía, hay un hijo más importante que otro a los ojos y corazón de ese padre. Desde ahí la guerra.

A las mujeres nos gusta ser dueñas de nuestras decisiones, de nuestros cuerpos, que se nos trate dignamente. Cuando perdemos la dignidad, las mujeres más rebeldes y atrevidas nos indignamos para recuperar nuestros derechos, algunas nos transformamos en activistas por algunas causas sociales, otras trabajan éticamente en sus profesiones o se dedican a criar con amor y eso lo defienden con uñas y corazón.

Las mujeres preferimos que no se nos mienta frente a la real necesidad de una cesárea; queremos libertad para elegir cómo y con quién parir, así como que nadie nos opine la cantidad de meses que damos pecho y que compartimos la cama con nuestras criaturas y por favor, déjenos llevarlos en brazos hasta que nosotras y ellos, juntos, sintamos que están listos para caminar, o ¿creen que somos estúpidos? Nuestros hijos son dependientes para ser relativamente independientes… o ¿quieren que terminen en asilos para morir abandonados?

Las mujeres nos sentimos libres en un Círculo de Mujeres, nos podemos comunicar en lenguaje abierto, sincero y se vive la posibilidad de hablar sin jamás sentirse juzgada, en un círculo de mujeres, lo que le pasa a una mujer simplemente, le pasa. También aprendemos a guardar secretos y dejamos el conventillo de lado. Crecemos. Lloramos y nos reímos libremente.

Lo mejor es que los bebés o guaguas que asisten, siempre están plácidas es como que si sintieran a sus madres en dulce compañía.

Hablamos de cuando fuimos niñas, de nuestras abuelas, madres, padres, hermanos, primos, primas, amigas, colegios, educación, elecciones, sexualidad, menstruación, partos, cesáreas, mentiras, engaños, muertes, amigas, traiciones, bendiciones, ser mujer, amor, trabajo, barrer, cocina, ingeniería, casas, plantas, remedios, crianza, apego, aborto, miedos, pesadillas, risas …todo lo que es ser mujer.

En los Círculos de Mujeres lo que se aprende se lleva al afuera y se comparte … e inspirada en Jean Shinoda psicoanalista experta en Círculos de Mujeres, cuando lleguemos al millonésimo Círculo, la tierra va a pulsar distinto, porque la mujeres tenemos una tremenda sabiduría que desde hace miles de años viene siendo reprimida… hasta hace algunos años… hay un nuevo movimiento…

¡Seguimos!

Leslie Power

Psicóloga Clínica

Las espero en mi próximo Círculo círculo DESPIERTA!

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Publicado por lesliepower

Psicóloga Clínica pacientes adultos. Motivada por dar a conocer las evidencias empíricas en lenguaje simple para cambiar la manera de relacionarnos desde el parto, la crianza... Es urgente una revolución si queremos vivir mejor.

2 comentarios sobre “#CírculosdeMujeres

  1. Los círculos de mujeres son ancestrales y vienen de la época de las cavernas.
    Los hombres temen a las agrupaciones femeninas porque saben que su reino tiene hora de caducidad. Todas tenemos deberes y derechos, quienes los usamos sin trabas tenemos la obligación de contener y ayudar a nuestras congéneres menos afortunadas
    FELICITACIONES POR TU INICIATIVA

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