La crianza cercana.

lesliey pollos chicos

La crianza cercana hace que los hijos crezcan sintiéndose acompañados en su desarrollo desde que van en nuestro útero hasta que arman sus propias familias. Y,  quizás, hasta que somos nosotros quienes ya dejamos de existir. Esto ocurre siempre y cuando,  con mucho cariño y humildad, caminemos cerca de nuestras niñas y niños y aceptamos sus ritmos sin apurarlos, no les exijamos, por ejemplo, que dejen los pañales sencillamente porque cumplieron dos años y porque ya llega la primavera, si no porque somos respetuosos con la maduración natural de su desarrollo neurológico y no nos compramos los mandatos, ni los deseos de otros, si no porque aceptamos el ritmo y las características de nuestros hijos.
La crianza cercana implica un trato digno, un hablar  ojalá la mayor parte del tiempo tranquilo, y si es que se nos escapa algún grito, ser humilde para reconocer que hemos fallado nosotros y explicar que no es culpa de ellos. Darles a entender  que el desorden provocado  es porque son chiquititos y su cerebro aún inmaduro y por tanto funciona bastante desordenado todavía.  Igual que el desorden que han dejado, igual que “la cochinada en el piso”. Mi grito ha sido porque a mi me gritaban o porque la verdad he pasado días terribles. No es tu culpa hijo mío.
La crianza cercana, respetuosa, es empatizar y saber priorizar lo realmente importante. Muchas veces no es tan importante que coman dos helados seguidos. Es  sábado y podemos saltarnos algunos horarios, de lunes a viernes van al colegio y al jardín prácticamente de noche cumpliendo mil obligaciones. Estoy segura podemos ceder.
Criar con respeto hará que conversemos seguido, nos miremos a la cara y a los ojos y las mamás y papás podamos distinguir rápidamente las emociones y necesidades de nuestros niños y niñas y así pronto podamos ofrecerles palabritas y armarles frases sobre sus emociones, deseos, angustias, penas, necesidades, enfermedades. Estar cerca de ellos, nos permite hablarles y regalarles palabras, un tesoro para el corazón-cerebro. Un tesoro para las relaciones humanas.
Tener a la mamá y al papá cerca, nos permite armar historia, recuerdos, identidad, saber quien soy, qué quiero, qué me gusta, que no me gusta, cómo me gusta que me traten, qué me gusta recibir y como me gusta ser amada o amado.

Es hora de comenzar a bien tratar a nuestros niñas y niñas.  Ya es momento de erradicar todo tipo de violencia y de dejar de justificar que un golpecito de vez en cuando hace bien, recordemos que nuestros hijos dependen 100% de nosotros,  no nos han elegido. No han elegido a los abuelos, a los vecinos, a los profesores, menos han elegido a quien los golpea o abusa, a quien les mienten, les deja solo, los abandona… y esos la mayoría de las veces somos nosotros mismos, los que se supone, los más amamos, su mamá y su papá.

La crianza consciente  cercana es fácil, es sencilla, es amorosa. Implica menos gasto en dinero, pero si más inversión de tiempo pero es un tremendo SEGURO de vida, de amor y de buen trato para si mismo y para los demás. Pero lo que más me importa de todo esto, es que los niños y niñas, nuestros hijos que caminan cerquita nuestro y van siendo protegidos, amados y respetados por nosotros, nunca, nunca, nunca, serán mal tratados por si mismos, ni por otros y jamás tendrán un trato déspota hacia los demás.
Leslie Power
Psicóloga Clínica

Publicado por lesliepower

Psicóloga Clínica pacientes adultos. Motivada por dar a conocer las evidencias empíricas en lenguaje simple para cambiar la manera de relacionarnos desde el parto, la crianza... Es urgente una revolución si queremos vivir mejor.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *