El nacimiento de la Clara Luna.

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Hace mucho que quería escribir sobre el parto de mi cuarta hija. No me salía. Hoy en 25 minutos, salió, como tiene que salir. Un parto normal, como cualquiera. Un parto más, pero tan intenso y único para los que participamos de este nacimiento. Lo que escribo a continuación es una parte, hay mucho más. Es una mirada  de tantas que le he dado a la partida de la Clara Luna y de uno de mis nacimientos importantes.

Domingo 14 de abril, a las 10 de la noche, una contracción se hace evidente. La recibo con atención y luego calma. Tengo la intuición de que mi hija Clara Luna quiere nacer, por tanto, decido apagar la televisión, dejar de lado el teléfono y desconectarme del mundo externo. Decido dormir. A las 12 de la noche me despierto con más contracciones que me ponen contenta. Mantengo la luz apagada para dejar que la tímida oxitocina pueda bailar tranquila por todo mi cuerpo. Pongo mi música, la que he escuchado durante todo el embarazo de la Clara. Rosa Zaragoza , Amparo Sanchez, Mercedes Sosa, mujeres que, sin saberlo, me acompañan en mi ritual.

Las 2 de la mañana y ya estoy segura;  mi Clara quiere nacer. ¡Me siento feliz! Todo se está produciendo naturalmente y eso es perfecto, ya que por mi cesárea anterior  no pueden inducir el parto con oxitocina sintética. Estoy feliz.

Me meto a la ducha, me lavo el pelo, salgo, me miro en el espejo y me siento tan pero  tan linda. Me maquillo un poco, aliso el pelo y me visto con la ropa preparada para recibir a mi hija;  un peto que dice LOVE y unas pantaletas negras.

A las 3.30 de la mañana decido con  calma despertar a quien por esos días aún era mi marido, no así quien me amara y yo amara.  Le digo calladita pero firme: “Negro, listo, la Clara va a nacer.”

Se levanta, me abraza, se ducha.

Camino por el living de mi casa, donde espera ansiosa la piscina para ser llenada de agua caliente, agua mágica. El agua desde ese día nunca más volvió a ser agua. El agua es AGUA, magia, anestesia, poder, suavidad, amor, nutrición, fuerza.

Comienzan a despertarse mis hijos: abrazos, besos, masajes en la espalda, manitos, olores a lavanda, calor, miradas, más abrazos, besos, masajes, agua, cantos, música, risas, juegos, abrazos, besos, calor, velas que mi marido espontáneamente le prende a la sirena que me cuida mientras cuida a su niño en brazos. Seguimos.

Un coro de “aaaaaaaaaaaaaa” profundas hacia abajo, mientras apoyo las manos sobre el sillón o la mesa, dependiendo de donde me pille la contracción y abro un poco las piernas, balanceando mis caderas.  “Aaaaaaaaaaaaaaaa” profundo, “aaaaaaaa” hacia abajo, hacia la tierra.

Descanso. Amor. Calma. Placer. Ojos azules chinitos de placer. La mejor de todas la drogas. Estoy volada en amor…

No puedo creer lo que está pasando, estoy ¡muy feliz! “Mi cuerpo sabe, mi cuerpo sabe”, “así es la vida”, “así tiene que ser”, “esto es perfecto” son las ideas que se me cruzan por la mente cuando tomo algo de conciencia.  Conciencia, que voy perdiendo entre contracción y contracción.

Dolor, aaaaaaaaaaaaa, placer, dolor, aaaaaaaaaaaaaa, placer. Así es el baile. Baile en el que participan mi hija Camila de 15 años, José de 13 y Julián de 4.

Mi Julián me acompaña tomándome la manito mientras caminamos por el living, viene una contracción, me agacho y “aaaaaaaaaaaaaaaaaaaa” profundo y grave que es acompañado por un “aaaa, eeee, iiii, oooo, uuuuu” de Julián. Mi hijo José, me mira como mira él, lleno de palabras en silencio y me dice: “cantas lindo mamá”.

Mi hija, la Princesa de Pelo Largo, prepara los olores, los aceites y me masajea la espalda. Así van los hermanos turnándose en llenarme de amor, en llenarse ellos de amor, en vivir, lo que es la vida, el nacimiento, a la madre pariendo vida.

Mi marido  llena la piscina de agua caliente.

Recuerdo haber dicho que avisaran a Ceci, mi doula, para que viniera. Aunque  creo que esto no va acá, creo que esto fue mucho después, porque cuando llegó yo ya estaba lista para parir, dilatada completa. “Todo está muy bien, Leslie querida mía” susurró en mi oído con un abrazo delicioso.

La noche se escapa, amanecer, pajaritos. ¡Qué bonito que cantan los pajaritos! Hay tanto silencio,  calor, calma, placer, dolor, cansancio, amor, seguridad, agua, agua, agua caliente…. Amo el agua caliente. Entra mi amiga Sole, me mira y en su mirada vi que lo que estaba ocurriendo era simplemente mágico. Sus ojos, fueron espejo de la magia que pensé jamás ocurriría, estaba pariendo como quería.

Llega mi linda Ceci doula,  ella me abraza, me mira, me sonríe y dice: “Leslie, todo esto está muy bien”.  Si, contesto.

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Sale a conversar con mi marido.

Vuelve y calladita al oído, me dice que la matrona no puede venir, está de turno. ¿Pero como no me avisó?! ¡¿Que chucha?!

Plan de parto A se acaba. Procedemos con el plan de parto B. Me salgo del agua, me visto, me vendo los ojos, para ver si la oxitocina se queda en mi cuerpo. Bajo las escaleras afirmada de mi doula y de mi hija mayor, me subo al auto   para irnos a la clínica. Son las 8:30 am.    “¡¡¡aaaaaaaaaaaaaaaaa!!!” agudos y altos. Nada me gusta. ¿Qué mierda pasó?!

No me gusta estar en seco, en el auto me duele, grito. ¡Duele mucho! Llegamos, mi doula me abraza invitándome a no aceptar la silla de ruedas. “Vamos a caminar, Leslie, ¿bueno?.

Ok. Caminemos.

Esperando el ascensor, abrazo a mi doula y mirándola fijo a los ojos le digo con tono un poquitín amenazante: “asegúrame que todo está bien”.  Ella suave, me contesta, “todo está muy bien”.

La matrona de turno grita “ Uf ¡viene lista!” ¿Quién es el doctor?

–       “Robles” contestamos a coro.

–       No la toquen, entonces, es natural.

Yo salto y digo, quiero que me toquen, quiero que me toquen ahora. Me tocan, resultado: “estás completa.”

“¡Soy tan feliz, soy poderosa! ¡lo logré! Bien! Grité por los pasillos de la clínica. La Camila  se avergüenza de esta parte. Jajajjajajjajajajjajjja.

Pido anestesia, poquita eso si para caminar y pujar de manera vertical.

Se detiene el trabajo de parto ¡4 horas! Me siento lejos de mi lugar, extraño mi casa, quiero volver al calor y a la calma de donde estaba. Quiero la magia de parir en mi casita con olores ricos y tanto calor. Quiero salir de ahí. No me gusta, aún cuando nadie me mira.  El Doctor Robles anda por ahí, pero no lo veo, no me molesta para nada. La Emilia Díaz, matrona reemplazante de la Ale Becerra, es una amorosa completa. Mi doula me hace cariño, masajean los pies junto con mi hija, pero yo no estoy en mi cuerpo. Soy cabeza, controlo, pienso. La mente. Comienzo a temer. Tengo miedo de que me tengan que hacer cesárea. Mis dos primeros hijos fueron partos vaginales medicalizados. Y luego mi Julián ¡fue cesárea! Tengo miedo. Siento que la oxitocina  se ha ido. Estoy mal. Siento como siempre que mi marido se ha ido, que no está.  Lo siento disociado, como siempre, con el alma y su corazón en otro lugar. Siento pena, estoy nuevamente sola. Siento que nadie esta en sintonía,  que esto comenzó a tener cara de mall.

Vuelven las frases condenatorias del pasado: “tus contracciones son malas, débiles”, “tienes poca tolerancia al dolor”, “con 40 años imposible parir a una guagua de manera vertical luego de cesárea”. “Uf el problema de la Leslie, es que tiene baja tolerancia al dolor escuchó la Ale Becerra en una reunión que tuvimos los 3…” “es de locas parir así…” Todas esas malditas frases que solo hacen daño, que son falsas, volvieron a mi cuerpo. Me volví a sentir la niña tonta, la loca, la que no pertenece. Pena.

Luego de los dos primeros partos medicalizados, me hicieron cesárea para que naciera mi Julián y ahora quería parir desde mi cuerpo. Con mi propia oxitocina, desde los deseos, desde el dolor con sentido. Desde mi ser mujer completa, llena de luces, poderes, fuerzas, sombras, debilidades y grietas. Quería parir, yo. Pero todo se desarmaba.

Algunos familiares apurando.

Me desespero, busco los besos de mi marido, no encuentro nada. No encuentro la intimidad que necesito. Pronto una canción me toma, la repito como mantra “Pura luz conciencia ilumíname, pura luz conciencia lléname, abro mi pecho a la luz, quiero llegar hasta ahí …” La canción se llama “Canción para mi muerte” del disco “Erótica Mística” de la Rosa Zaragoza. “Ay mírame luz dorada envuélveme …” y me conecto con el placer y con el dolor, por fin el poco de anestesia se va de mi cuerpo.  ¡Por fin! ¡Por fin siento más mi cuerpo, las contracciones! Por fin estoy completa nuevamente. Busco posiciones, busco rincones, busco un espacio.   ¡Bien! Vuelvo a conectarme, vuelvo a estar unida, vuelvo a sentir, sentir, sentir, esto se trata de sentir y me  olvido de todos y de  lo ocurrido. Esto es mío, de nadie más.

¿Hasta cuándo debo seguir esperando del otro? Esto es mío. Así soy. Es mi cuerpo. Todo esto es mío. Mi cuerpo, mi hija, yo la gesté.  He estado sola con ella, nada importa,  le pido que busque su camino. Pierdo la cabeza y me enamoro de mi, me gusta mi historia,  me toma la oxitocina y me vuelvo a conectar con el dolor con sentido…

Robles me dice que busque mi lugar. Palabras sabias. “Busca tu lugar” Hoy esa frase es clave y la uso a diario para no olvidarme de mi. ¿Cuál es mi lugar? ¿Qué necesito? ¿Qué es bueno para mi? ¿Cuál es mi lugar sagrado que nadie pase nunca más a llevar? ¿Qué es lo mejor para mi? ¿Qué  personas, lugares, comidas? Hoy yo me cuido a mi.

Muero, siento que muero. No de dolor, prometo que dolor no sentía. Sólo sentía que no podía, que no podía. “No puedo”… no puedo”. Hasta que un “sí puedes” de mi hija mayor me llena de confianza. Mi marido me sostiene, estoy en cuclillas y a mi alrededor, armando un círculo como quien está en una fogata mirando el fuego, está mi hermana, la matrona, mi Ceci (doula), Jaime (obstetra) y ahora afírmate Michel Odent, la mano de mi doctor afirmándome el periné, me dio tanta tanta seguridad, que me permitió seguir avanzando.

Cada parto es una vida.

Le ruego a mi hija Clara, que encuentre su camino, que venga. Me desanimo, no tengo más fuerzas. Voy a morir.

Y muero.

Me muero.

Muero.

Y mientras muero siento una bola de fuego que me cruza el cuerpo completo. ¡Y ahí está!

Mientras me solté a la muerte, mi Clara Luna nació a la vida.

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Y así fue mi parto, desde sentirme la mujer más preciosa a la más fea.  Desde la más poderosa a la más débil.  Sentirme en control y de pronto en descontrol  absoluto. Me sentí grande, muy chiquitita, muy siendo parte de la vida. Comprendí que nada y todo depende de mi. Que no puedo esperar nada de nadie y si puedo esperar todo de mi. Que todo está en mi, que el poder está dentro de mi y que si me la creo, resulta. A veces se me olvida y luego me vuelvo a acordar de MI LUGAR.

Así fue mi parto, porque con el nacimiento de mi Clara Luna nací yo también. Una mujer llena de poder sin el peso del poder. Así soy, una mujer, como cualquiera, de luces y sombras pero mucho más clara que antes. Sé que puedo, confío en mi cuerpo, pongo límites, no me dejo maltratar nunca más. Estoy más Clara que nunca.

Mi Luna Clara.  Mi Clara Luna.

Para lograr parir no se necesita nada más que confiar en nuestro cuerpo. Sin embargo, yo necesité atravesar por muchísimos bosques y subir grandes montañas antes de llegar a tocar por un ratito la luna. Todo me cuesta harto, me canso y caigo y vuelvo a levantar, ya no desde el otro sino que desde mis mas profundas intuiciones.

Este post está editado después de un tiempo de haber sido mamá por cuarta y última vez de mis hijxs, pero seguro seguiré teniendo más.

Invito a todas las mujeres a parir como se les antoje.  Somos tremendamente poderosas. ¡Que nadie nos quite nuestros poderes!  confiemos, podemos. El parto es nuestro. Podemos parir con poder y recuperar el cuerpo y el tiempo perdido. Recuperar lo que nos pertenece.

Encuentra tu lugar.

Leslie Power

Publicado por lesliepower

Psicóloga Clínica pacientes adultos. Motivada por dar a conocer las evidencias empíricas en lenguaje simple para cambiar la manera de relacionarnos desde el parto, la crianza... Es urgente una revolución si queremos vivir mejor.

30 comentarios sobre “El nacimiento de la Clara Luna.

  1. Me emocione… sobre todo con la participacion de tus hijos, me llene de emocion.. Si bien tuve un parto super medicalizado, tambien tuve un momento de conexion con mi ser que impidio la cesarea… Estoy segura que me conecte con mi yo mujer!
    Gracias leslie, por compartir.. Siento que te quiero inmensamente.. Me ayudas y acompañas a veces a iluminarme y empoderarme… Y eso me hace muy feliz!!

    Un abrazo y amor!

  2. belllleeeezzzaaa de la puraaaa! linda preciosa! preciosos los niños! precioso tu marido! preciosa tu dula! bello bello beeeeelllllooooo quiero ser mamá otra vezzzzzzzzzzzzzzzzz
    feliz navidad gracias por este regalo

  3. Que hermosura, te felicito desde lo mas profundo de mi Útero, también tuve a mi Amara por parto natural, con Ale Becerra…Y me costo confiar en mi, asta que lo logre y me felicidad también llego al infinito, Gracias por compartirlo, me llene de emoción…Un gran abrazo…

  4. Que hermoso!!.. es como si lo hubiese vivido yo cuando lo leía.. Así me imagino todo, y es tan respetuosa la forma en que defiendes lo que tu crees correcto. He aprednido mucho leyendo tu relato. Gracias por el regalo de compartirlo y demostrarme que sí se puede conectar con el yo interior. Felicidades y muchos cariños para ti !!!

  5. Gracias por compartir tu experiencia! soy medica pediatra y casi elijo ser Obstetra (mi unico 10;en un final)y creo que aun sabiendo mas que otras mujeres ,fui victima de la Hospitalización del parto de mis 2 hijos !Ni hablar que con la primera ,me la llevaron para “pelarla”y no me la traian y yo estaba desesperada ,por miedo a que me la sacaran (era 1976; y se ve que “algo”presentia;)Admiro tu corage y me emocionaste !!!!Gracias!

  6. Me emocione…. tengo 4 hijos, todos x cesarea, me hubiera encantado q hubiera sido x lo menos uno parto normal,,,, siento q es una experiencia q nunca vivi…

  7. soy de chile me gustaria comprar o que me arrienden o presten una piscina tengo 35 semanas mas dos doula y matrona y esposo para tener a nuestro segundo hijo en casa, pero no he logrado conseguir la piscina ya que es carisima en francia y estados unidos, ojala una usada alguein la venda gracias

    1. bella las piscinas comunes de niños el tipo inflables salen baratas no son especiales para parto pero se puede acondicionar,(la matrona te puede explicar)

  8. Hermosa… tu relato me emocionó, me inspira a escribir el relato de mi parto,(ya me lo pidió mi matrona y no me había llegado aún la inspiación en cinco meses que tiene ya mi hija Luna) me sentí reflejada con la primera parte de tu relato… si hasta tenía la piscina esperando en una habitación de mi casa.. pero al final di a luz en mi dormitorio en una silla de parto, con mi matrona mi hija mayor y mi pareja…fue una sensación maravillosa de poder femenino… de sentirnos como diosas que somos… gracias por compartir!!

  9. Me emocionó mucho tu relato… tengo ahora 36 semanas y me preparo también para un parto natural, esperemos que se den todas las condiciones para ello, ya que no ha sido un camino fácil.
    Te contaré que mientras tuviste a tu pequeña, ¡ese mismo día de hecho!, yo estaba dando a luz a mi bebé de 16 semanas que lamentablemente había muerto dentro de mi… era nuestro tercer intento fallido en 2 años… 4 meses después recibimos la alegría de este embarazo que está llegando a feliz término, esto me hace pensar cómo la vida va y viene y somos protagonistas de ella, y no podemos marginarnos en los momentos más importantes, como el nacimiento. Esta vez si siento que el alma inquieta que pasó por nuestros bebés no nacidos ahora sí encontró un cuerpo donde anidar y llegará a nuestros brazos pronto. Un abrazo!

  10. nunca he sido mama tengo 21 años pero al leer esto sentia cada paso que dabas.. llore,rei, y mi piel se erizo.. que maravilloso muestras lo que es dar a luz …

  11. Que bello relato… me encantaría que mi segundo hijo naciera de esa manera… pero en este país tan “medicalizado” no he encontrado a nadie que desde la mano profesional me ayude a hacerlo lo mas natural posible.

  12. Que linda historia me emocione, inspiradora. Estoy embarazada de mi tercer hijo y espero con el corazón que su nacimiento sea natural respetado y completamente consciente. 🙂

  13. Hola! Queria decirte que mi hiija se llama Clara-Luna tambien! Me dio una gran emocion porque no conozco otra que se llame asi. Muy bello el relato de tu parto. Un abrazo, y hermosa vida a tu Clara Luna.
    Barbara.

  14. Hace dos meses tuve mi parto natural con mi amada doc Claudia Zajer. Qué bueno fue leer esto porque ahora puedo verbalizar lo que me pasó. Estaba lista para pujar y me asusté. De verdad no era por dolor, ya no lo sentía, pero si sentía que me iba a morir. Y es verdad, cuando me deje morir nació mi Gonzalo.

  15. Ame tu experiencia, tus palabras me hicieron tanto sentido. Acabo de cancelar una cesárea porque hay algo en mi interior que me dice que yo puedo traer a mi hijo al mundo, que soy capaz, que si he luchado por él, lo haré siempre en todo momento. He sido fuerte toda mi vida, ahora también y más.
    Me dijeron que estaba arriesgando a mi bebe y debía asumir las consecuencias (esa misma matrona de turno tuyo) y me sentí mal. Me he sentido pasada a llevar, he sentido que solo quieren desconectarme de mi bebe en vez de ayudarme a sentirnos uno. Me dicen q es imposible un parto normal, porque la cabezita está alta y ya no se encajara.
    Pero ayer decidí de hacer caso a la experiencia, a los profesionales, decidí escuchar mi corazón, mi alma, a mi bebé.
    Agradezco leer tu experiencia justo hoy… Fue un boom de energía, de luz y esperanza.

    Cariños bella, mucho amor y luz.

    Gracias.

    1. Me alegro tanto tanto tantísimo!!!!!!!!! me hace feliz leerte! ven al círculo de mujeres que haré el 5 de enero a las 10 am en mi casita. Te va a encantar. Lo estoy promocionando en mi instagram @powerleslie
      Que sean muy felices.
      Leslie

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