Un parto NO RESPETADO cuesta caro

Debe ser porque nací en un momento de la historia, en que algunos de los logros del feminismo ya estaban instalados, que no me impresionan tanto. La memoria es débil y siempre es bueno despertarla. Pero la verdad es que estoy muy agradecida del feminismo: fui a la universidad, tengo trabajo y derecho a voto. Las mujeres han luchado y lo siguen haciendo para erradicar toda violencia hacia nosotras y  nuestros hijos. Se está logrando mucho, lo bueno está. Lo malo es lo que punza, molesta e inquieta.

Y estoy inquieta. A las feministas nos falta y mucho, y como es mucho, hoy solo hablaré de algo que me tiene motivada a raíz de la Semana Internacional del Parto Respetado, que este año trae el lema: “El parto y la economía”. De esta frase podemos asociar libremente mucho, pero lo primero que me surge decir es que parir debiera ser gratis, sencillo, libre, empoderante, amable, tranquilo y amoroso. Miren este video.

Luego queda preguntarme: ¡¿Por qué me inyectaron, acostaron, cortaron, cosieron, mientras el doctor exclamaba que me “dejaría de 15 años”?!; ¡¿por qué me vistieron, anestesiaron y me trataron como a un objeto sin alma y sin cerebro?!; ¿dónde estaba parada que no pregunté y no me informé para elegir libremente cómo parir?; ¿por qué me puse en la fila de las ovejitas sumisas en manos del negocio del parto? ¡Ya sé!  porque se nos ha dicho que las cosas son así: “Tú calladita, que te ves más bonita. No cuestiones tanto, que eso no es de mujer”. Y bueno, claro, mejor me callo. El doctor y la televisión me han explicado que para parir se requiere de muchas variables que deben ser médicamente observadas para que todo salga bien. Mejor me callo. Me asustaron.
Por suerte, la patadita en el trasero que me dio mi abuelita Nena a eso de los 12 años me sirvió de algo. No para lanzarme lejos, sino que fue sólo un pequeño empujón, acompañado de una frase: “¡Anda, Leslie, anda! ¡esta es la vida de los que luchan! ¡atrévete!”. Así que aquí estoy, junto a otras mujeres y hombres, luchando por recuperar lo perdido.
Estimadas y estimados, nuestros cuerpos son cortados en beneficio económico de unos pocos. A esto se le denomina violencia obstétrica o violencia hacia la mujer. Vamos a incluir también a los hijos que nacen y, además, incorporaremos a los padres que, también sumisos, se “compran” todo lo que nos venden. Luego de este punto, me surge la idea de recalcar que no sólo las mujeres son violentadas en el parto, sino que todos lo somos, ya que los que nacen son hombres y mujeres.
Estamos juntos en la salita del mismo sastre y nos están cortando sobre el mismo molde del patriarcado, según la ley del padre. Una ley curiosa, que habla de amor, respeto al otro, de amar al resto como a ti mismo, de proteger la vida del que está por nacer. Me pregunto si a un hombre o mujer (con el traje del patriarcado) con un problema para hacer caca le gustaría que lo pusieran en posición horizontal, con focos iluminando y varios pares de ojos encima, para cortarle el perineo de manera que salga “eso” atascado. No, ¿cierto? La episiotomía es violencia. Lo que hay que hacer es esperar, esperar y esperar, como varias matronas y médicos éticos lo hacen, y que sólo en casos extremos y de acuerdo con la familia, deciden usar el bisturí para cortar el útero y/o el perineo de la mujer. Eso es respeto y amor hacia el otro.
Seguimos una ley del padre en que todo lo relacionado con deseo, pasión o sexualidad es considerado como pudoroso, vergonzoso y pecado. Y claro, somos las mujeres las encargadas de transmitir a nuestros hijos ese pecado.
A ver, un momento. Lo único que podemos transmitir a nuestros hijos en el momento de la partida es oxitocina, la hormona del amor, de la vinculación amorosa. La misma que secretamos cuando tenemos relaciones sexuales para gestarlos o simplemente para disfrutar de estar abrazadas al cuerpo del otro. Eso es amor, pasión y deseo. Si podemos hacer eso, nos volvemos “locas de amor”, “perdemos la razón”, “nos derretimos” y de eso justamente se trata. De que la mujer pierda el miedo y se sienta segura, amada, respetada en todo su ser, para que pueda en ese cálido contexto, desplegarse en el parto como le plazca, sin otros que digan, desde el saber (neocórtex), lo que se debe hacer. Eso asusta, y con tantas intervenciones, comenzamos a secretar cortisol (hormona del estrés) y la oxitocina se arranca, sale espantada. No hay más amor. Miren este video.
Esperar, tener paz ciencia.
Se trata de un nacimiento, se trata de una nueva vida que viene al planeta para sentirse seguro, tomado en brazos, para recibir calostro y luego leche materna. Es el nacimiento de un ser humano subjetivo, no de un objeto.
Paz ciencia, amor, alegría, silencio, calor para darle la mejor bienvenida a ese nuevo ser mamífero humano, que se viene a constituir en persona a medida que sus padres y familia nos vamos relacionando con él o ella. El cual se convertirá en una persona amorosa y empática, en la medida que sus padres seamos quienes nos ponemos primeros en sus necesidades.
Pero nuestros cuerpos son expuestos, iluminados, cortados, cocidos, tironeados y nos gritan “¡puja, puja!”. Como si la matrona no supiera que es un reflejo involuntario el que eyecta al bebé y que necesitamos pujar sólo porque estamos tan anestesiadas y tan acostadas, que desafiamos a todas las leyes de la naturaleza. Si hubiera un respeto al parto, a la mujer, a la vida, no escucharía en mi consulta las siguientes frases:
–       “Cuando vi mi pierna pasar por sobre mí, sentí que me volvía loca”.
–       “Era tan extremo el dolor de la cesárea, que era imposible moverme para tomar a mi hijo en brazos”.
–       “No me podía sentar, los puntos se metieron hacia adentro y se me infectó todo, fue terrible”.
–       “¿Por qué nadie me explicó de estas sensaciones que iba a sentir luego del parto? ¿Por qué llevo dos meses sintiéndome como loca y ahora me explicas que es esperable?”.
–       “¿Cómo? Pero si yo pregunté y me dijeron que tenía que parir acostada”.
–       “¿En serio no tenía que inducir el parto a las 39 semanas?, ¿podía esperar? Pero me dijeron que era mejor, así no tenía sufrimiento fetal. Terminé en cesárea, luego de 18 horas de trabajo de parto”.
–       “Esta cesárea no debió haber sido. Me duele el alma”.
–       “Todos se fueron y me quedé sola, mientras me cocían… nunca voy a perdonar ese abandono.”
–       “¿Qué es eso de la oxito… qué? ¿Hormona de qué? ¿Y la sintética? A mí me pusieron esa misma, pero sintética”.
–       “No pude dar pecho, me dijeron que no tenía leche”.
–       “Me encerré en el baño a llorar, quería silencio y todo estaba repleto de ruidos”.
–       “Hice caca en el parto y el doctor retó a la matrona delante mío, porque no me hizo lavado. Me sentí tan incómoda”.
–       “Me dijeron que parecía perra, que debía prestar a mi hijo para que lo tomaran en brazos”.
–       “Fue imposible sentir amor hacia la guagua, era demasiado el dolor. Pedí morfina y me dormí… estuve 36 horas sin verla”.
–       “Odio a mi marido, cómo tan huevón de no ponerse de mi lado y ponerse del lado de las visitas”.
–       “No puedo creer lo que me perdí”.
–       “¿Cómo? Ah, no… ¡prefiero que me corten! ¿Te imaginas quedo rajada entera? El doctor me dijo que era mucho mejor la episiotomía, por las relaciones sexuales de después”.
–       “Me sentí tan extraña, me costó enamorarme de mi bebé, tiene 8 meses y aún no lo siento como mío”.
Este inicio al vínculo entre una madre y su hijo no es el ideal. Por suerte, los seres humanos somos bien dotados y podemos ir reparando todo. Nuestras neuronas son plásticas y siempre están ansiosas de recibir amor, cariño, brazos, palabras… amparo. Nunca es tarde.
Hombres y mujeres: es urgente salirnos del molde establecido. Ese sastre tiene otros objetivos para con nosotros. Hay que informarse y exigir la verdad para terminar con la violencia obstétrica- violencia que es hacia todos nosotros- como para comenzar a bien vivir. Mínimo, ¿no? ¡Y no pagar tanto! emocional, física y económicamente.
Mi abuelita Nena les manda una patadita… ¡Atrévanse!
Leslie Power
Psicóloga Clínica
Más información en www.primalhealthresearch.com

22 comentarios:

  1. Q fuertes testimonios! Q ganas d retroceder el tiempo para todas esas mujeres, es sólo cuestión de informarse y decidir con libertad cómo queremos parir y buscar el equipo matrona-doctor que nos RESPETE. X eso es tan importante difundir esta info! Muy buena columna! 🙂 ResponderSuprimir

  2. Claro, es importante difundir información, pero más difundir información de las mismas madres, como tu, que tuviste prematuros en parto vaginal, lactancia exclusiva y canguro…. grande!! fuerte! valiente! y confiada en tu instinto. Un abrazo y espero tu historia TE QUIERO MUCHOS LELSIE Suprimir

  3. ‎” Para terminar con la violencia en el mundo, tenemos que cambiar la forma en que nacemos ” o algo asi, leí una vez por ahi, en uno de tus artículos Leslie, existe mucho maltrato en el area obtetrica y neonatología, por suerte nuestras neuronas son plásticas.””NO MAS NEGOCIO” ResponderSuprimir

  4. MICHEL ODENT, viene a Chile el 23 de Julio, es quien dijo algo así como para cambiar al mundo hay que cambiar la manera de nacer… no la recuerdo bien, ya la busco. Te abrazo leslie Suprimir

  5. aunque me informé bastante para el parto de mi hija, al final termine en una innecesarea!!! pero no culpo a nadie más que a mi misma, por no confiar en mi cuerpo y mis instintos… ResponderSuprimir

  6. Un abrazo… sabes que hay doctores que cien que cuando una madre pide cesárea, tb hay un saber interno de esa mujer… como si supiera que algo no viene bien y ese doctor, dijo que casi siempre algo venía mal… Quien sabe … no es tu caso, si tu dices que fue una innecesarea, es porque lo fue… bueno, ha elaborarla… Un abrazo colega de aprendiz de madre leslie Suprimir

  7. Yo siemPre decía que hay que “entregarse” a los doctores y personal de salud a la hora de tener a un hijo como queriendo decir que ellos mandaban pero hace un tiempo me doy cuenta de lo equivocaba que estaba a lo hay que entregarse es al instinto a nuestra sabiduría de mujer a la oxitocina a nuestro bebe y ser activas participantes en el proceso de traer nuestro hijo o hija a este mundo. no debemos entregarnos, debemos exigir buenos tratos no porque el personal de salud este acostumbrado debEmos fingir que nosotras también o como me paso a mi que mientras me hacían la cesárea los doctores conversaban sobre sus viajes u otras cosas que no me acuerdo y yo tendida esperando que m primerai hija viera la luz. Como si me estuvieran sacando un lunar. Ahora se que quiero algo diferente amoroso reSpetado donde yo sea la protagonista entregada al amor. ResponderSuprimir

  8. Dale!!! gracias por tu comentario… es muy común eso de médicos en cesárea, no comprendiendo que es un nacimiento. Te abrazo! leslie Suprimir

  9. Violencia contra la mujer es que te traten de loca por querer un parto natural. Mi madre me tuvo en casa y no creo que dejar a la naturaleza hacer su tarea sea tan terrible. Claro, en su caso fue porque había toque de queda y mi padre no atinó a salir temprano a buscar un vehículo para llevarla al hospital, cuando llegó la ambulancia yo ya estaba afuera, sanita. Tal como dice el video de Cualca (acá les dejo el de Violencia Obstétrica completo http://www.youtube.com/watch?v=qy7B3Gu4VrE&feature=related ), nuestra sociedad mira como tabú lo que le pasa al cuerpo de la mujer y especialmente ha tratado de “higienizar” el parto, que se considera como algo sucio… y si dices que quisieras un parto natural empiezan con que mejor vayas a un hospital/clínica “que es más limpio”, que si de pronto te duele mucho “vas a querer la epidural”, que “nunca se sabe si el parto se complica y necesitas cesárea” y “¿Has pensado en toda la sangre?” con severa cara de repugnancia, porque o sea, el parto es sucio. Sinceramente, más que todo eso me preocupa que no me quiten a mi bebé del lado y no tener un desfile de visitas, pero parece que eso a nadie (excepto a mi marido) le importa. Gracias por la columna, realmente necesaria. ResponderSuprimir

  10. Gracias a ti por dejar tu comentario, bienvenida!!!! Un beso! leslie Suprimir

  11. Que buen artículo Leslie. Grande como siempre!!. Y falta mucho que las mujeres se EMPODEREN y no le tengan miedo al parto natural. Mujeres que vuelvan a sus raices, instinto y sabiduria, mujeres que se crean. Muchas prefieren cesaría porque es menos complicado y menos doloroso, hay que cambiar esta vision. Que bien que ya somos muchas. cariños linda!! Berni Fruns ResponderSuprimir

  12. Gracias Berni!! Y siga!! eres parte importante de la Revolución del Amor! leslie Suprimir

  13. A mi me amarraron, anestesiaron y me hicieron cesárea casi a las 38 semanas , creo que fue necesario porque desarrollé colestasis, sin embargo me senti pesimo, senti que defraude a mi bebé porque no haberle dado sus 2 ultimas semanas de tranquilidad antes de llegar a este caotico mundo, porque mi cuerpo le fallo al desarrollar esa enfermedad, el lloro mucho los primeros dias y tuvo una tremenda baja de peso, asi que relleno mas mi leche. A pesar de haber leido mucho sobre gestación, no lo hice sobre el parto, la corriente me arrastro y no me pude empoderar. Me hubiese gustado tenerlo en parto normal, pero no se si debido a mi colestasis hubiese podido. Un beso!! ResponderSuprimir

  14. Karidiva, sabes? no te culpes por favor. La vida hace de su parte. La idea es, simple, confiemos en nuestro poder de parir, que es normal, necesario, poderoso… si hay riesgos, bienvenido doctor!! y ya está. Ahora, es crucial que se nos informe que el post parto de una cesárea es complejo y requiere de mayor trabajo para la lactancia y el vínculo, justo cuando estamos convalecientes de una operación… te entiendo de cerca. Un abrazo! leslie Suprimir

  15. Grande Lesly, me gusta leerte! traes energía en las venas y esa es la única forma de remover las conciencias!!!!! Hace unos dias un coloproctologo me decia a proposito del parto vertical “primero piden todo natural… y despues andan rogando que uno les cuesa la “cosita” para quedar mas decentes… esas son las naturales”…. En ese momento pensé. Nos queda mucho por andar pero somos cada vez mas y estamos avanzando!!!!! un abrazo, gran columna. ResponderSuprimir

  16. uf! discursos patriarcales, machistas … nos queda mucho por avanzar!! bienvenida!!! Un abrazo leslie Suprimir

  17. Que buen mensaje!! 🙂 Me encantó la energía con la que escribiste y des-cribiste, la verdad es que yo no soy madre aún pero cuando lo sea, seré la mujer más feliz!!! Me empoderaré de mis raíces de mujer, para escuchar todos, tooodos mis instintos 🙂 Muchos abrazos y gracias por tan buen escrito! Los vídeos estuvieron geniales… ResponderSuprimir

  18. Gracias a ti y bienvenida!!! Suprimir

  19. Leslie, maravilloso artículo, como siempre. Sabes, hoy me acabo de enterar que estoy preñada (me carga la palabra “embarazo”, me suena a vergüenza) y estoy feliz y aterrada. Tengo 23 años, mi pololo 22 y será nuestro primer hijo. No quiero un hospital, no quiero doctores ni cuchillos… desde hace años soñaba que, cuando decidiera tener un hijo, tendría un parto natural, sin anestesia, a la antigua. Ahora que mi bebé viene en camino, sinceramente NO SE QUE HACER, sigo queriendo parir en casa, pero busco información en Internet y veo que hay pocas matronas en Chile que se dediquen a esto, y me imagino que los costos no deben ser muy baratos. Ese es mi miedo, Max (mi pololo) y yo no tenemos muchos recursos, él estudia y yo estoy cesante, y no quiero que la plata sea un impedimento para cumplir mi deseo, no quiero tener que rendirme y entregarme a este sistema machista, tú sabes cómo son los médicos en el sistema público. Durante muchos años he escuchado las terribles historias de parto de mi madre y hermanas, llenas de malos tratos. Tengo miedo, TENGO MIEDO. Confío en ti, Leslie. Te leo hace mucho y me has servido de guía desde antes que llegara mi bebé. Ojalá pudieras ayudarme con información, es lo que más necesito ahora. Eres genial, nunca dejes de escribir 🙂 ResponderSuprimir

  20. Eliana 74528158, el de Rosita es 84284658 Centro de Parto de Talagante Mucha suerte y felicidad leslie Suprimir

  21. esta muy bueno el articulo me recordo a mi parto, yo busqe km 5 medicos por que todos me decian que era muy dificil tener un parto normal x qe soi delgada y lo mas probable era que el bebe no cupiera x el canal de parto etc.. hasta qe llege donde un medico super bueno y me entendioo demasiado mi parto fue lo mas hermoso de mi viida la matronaes un amoor el ginecologo igual todo me preguntaban todo me explicaban y me realizaron episiotomia x ke mi bebe venia cn cordon errollado, pero en realidad no fue nada. que rabia qe existan medicos que solo ven el parto como un negocio y no piensen en la importancia que tiene este gran evento para las mujeres y sus familias y el daño que pueden causar en la relacion entre la madre y su hijo. ResponderSuprimir

  22. excelente!! un abrazo leslie

Publicado por lesliepower

Psicóloga Clínica pacientes adultos. Motivada por dar a conocer las evidencias empíricas en lenguaje simple para cambiar la manera de relacionarnos desde el parto, la crianza... Es urgente una revolución si queremos vivir mejor.

18 comentarios sobre “Un parto NO RESPETADO cuesta caro

  1. Que difícil. Yo fui victima de violencia obstétrica y no me había dado cuenta hasa hace poco. Porqué?! Si yo me informé, me preparé, busqué al equipo médico correcto… Entré en trabajo de parto y venía medio complicado desde que comenzó. Hice todo el trabajo de parto al natural, como queríamos mi hijo y yo. A oscuritas, con aromas, mantras, masajes. Volaba en endorfinas y oxitocina. Literalmente volaba de amor. Pero mi hijo se atascó hacia atras y no lo pudieron girar ni la matrona ni el doc. A cesaria…mi gine estaba tanto o más triste que mi marido y yo. Partimos al pabellón. Ellos a prepararse para la cirujía. Esperando que llegara el Neonatólogo y anestecista de su equipo, todo externo a la clínica. Se demoraton x q ese día había diluvio universal.
    Durante la media hr q espere a luz de quirofano mi oxitocina se arrancó y “bye bye” endorfinas. Y ahí quedé a contracción pelada de más de 1 min. Alguien me dijo “acuestate” y me tomó y deslizó hacia atrás. Casi me partí de dolor, con mis gritos llegó mi gine y subió y bajo a todos. Se fue a preparar. Y ahí me ataron y rasuraron sin decir casi nada. A tirones me pelaron. A tirones me amarraron. Yo tiritaba asustada. Nadie me confortó, sólo mi marido que estaba tan asustado como yo.
    Regresó mi gine y la matrona, me sacaron a mi hijo y me lo pasaron. Lo tuve 10 min en el pecho que estaba vestido con la bata de clínica. Nadie me la sacó. Se lo llevaron x 20 min y quedé sola. Mi marido pelió porque él se lo llevara de la Neo en sus brazoshjasta dnd estaba yo. Lo querian llevar “despues” x ser el protocolo de la clínica. Finalmente lo pude amamntar en el pasillo de la clínica dnd por la pelea de mi marido me dejaron esperando a q viniera a nuestro encuentro. Quedé traumatizada y dolida. Sentí que le fallé a mi pequeñito. Durante los primeros días lloré mucho y los primeros meses no podía recordar el parto o escuchar de otro parto sin ponerme a llorar. Duele aún.
    Hay que legislar en contra de la violencia obstétrica. El protocolo de las clínicas está hecho en pro de la violencia.
    Yo me preparé! Lo tenía todo perfecto! Hasta que la clínica Sta. María se metió. Va más allá de estar informado y preparado. Va en que los profesionales de la salud sean preparados de otra forma y en que la ley nos proteja. En la salud pública y privada.
    Disculpen la lata, pero tenía que desahogarme. Ya van 5 meses desde q nació mi principito, aún duele y aún caen lágrimas al recordar… Mi cesaria fué completamente necesaria, pero la forma no lo fué.

  2. Como me hace sentido todo esto, yo llegue a la clínica con las membranas rotas. Una matrona me hizo un tacto y dijo que no tenía ni un centímetro de dilatación, luego otra matrona dijo que no estaba dilatada y que teníamos para muchas horas más y que lo más probable era que no lo haría. Luego esta matrona dijo le voy a preguntar al doctor si conviene mejor hacer al tiro una cesárea o sino vamos a estar un día entero en esto. Volvió a los dos minutos y dijo ya vamos a la cesárea y yo asustada como estaba no dije ni Pío, me arrepiento de eso ahora!!! Eso si fue violencia obstétrica. Además en pabellón la anestesista le costo tres intentos poner la raquídea que finalmente no tomo y cuando el médico iba llegando con la incisión al útero sentí dolor, en definitiva me pusieron anestesia general y no vi salir a mi hija, recién la pude ver dos horas después !!!!

  3. Lloro y lloro con esto: “Todos se fueron y me quedé sola, mientras me cosían… nunca voy a perdonar ese abandono.”
    Mi cesarea que fue inecesaria por falta de información. Aún recuerdo y el corazón se me pone triste, quizá por esas 24 horas sin estar con mi hijita hoy a sus 27 meses aún toma pecho y colechamos, no la dejo ni un ratito lejos de mi, la adoro y no me importa las criticas, sueño por tener un parto normal con los hijos que llegue a tener en el futuro, no más cesareas, las odié por que yo sufrí mucho.

  4. La violencia no solo es obstétrica o hacia la mujer, la violencia médica hacia los pacientes es brutal, ahora después de 33 años de ser enfermera y pelearme con los médicos por hacer pasar dolor a los pacientes entre otras cosas, comprendo que eso por lo que siempre me gane enemigos, valió la pena, nadie debes sufrir dolor ni humillación.muy buenos tus artículos Leslie, un saludo Luisa

  5. Yo elegí mi cesárea a las 40 semanas, mi hija estaba de cabeza pero con ningún interés de salir y me sentía como que se me iba a rajar la guata y ella saldría al más puro estilo alien. No aguantaba el dolor en mis cosquillas (qué Fischer Price, yo era Fantasilandia por dentro). Cuento corto, sin presionarme el gine me dejó escoger, me informó muy bien de pros y contras y algo me decía que era mejor así. Al nacer, venía lista para la fiesta, con nuestro cordón bien enrollado!!! Parecía según el doc que eso la molestaba y por eso parece que no se coronaba ni nada. Por otro lado, cesárea y todo mi parto fue muy lindo, el anestesista me hacia cariño en la cabeza, mi esposo al lado tratando de no mirar sangre (y yo que quería que grabara todo, que mala!) el gine me contaba todo lo que iba haciendo y conversábamos. Todo fue muy tranquilo. Luego mientras me cosían de vuelta, no me dejaron de hablar nunca y una vez lista en vez de abandonarme llegó la matrona con mi mamá y mi hija para que tuviéramos apego lo antes posible. Yo no sabía mucho de apego por aquel tiempo pero se lo agradezco tanto!
    Te cuento esto porque siento que a veces demonizan mucho las cesáreas y en otro comentario pusiste que a veces elegimos estas cosas por tincada y en mi caso si había algo (de hecho mi papá casi se murió por nacer así, con “collar”, lo dieron por muerto recién nacido hasta que lloró solito hace 63 años). A veces me siento culpable pero luego pienso que a mi nadie me obligó y que igual tuve un parto lindo y lleno de amor, tener una cesárea no es malo y al día de hoy sigo pareciendo canguro de mi princesa hermosa. Ah y de paso, pague un pad y en la clínica igual me dieron pieza paraíso sola y me trataron como reina!!!! Hay que saber elegir al doc parece.

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